Ayer fuimos testigos de uno de los acontecimientos más importantes del año y también uno de los que han producido más indignación.

A las dos de la tarde, aproximadamente, un sujeto entró al Banco Continental con lo que sería el intento de asaltar el banco. La intervención de la policía habría sido la razón que tuvo el delincuente para tomar rehenes.

La información que llegaba a los ciudadanos no era clara. Ni en número de rehenes ni cuántos eran los secuestradores o qué se disponían a hacer.

La policía cercó la zona y se ubicó atenta a los movimientos en el interior del banco. Se ubicaron francotiradores y llegaron los especialistas del equipo SUAT.

Las transmisiones por televisión no se hicieron esperar y, según se dijo, se dio más información de la necesaria. Se buscó muchas veces la exclusiva sin pensar en la seguridad de los demás. Un ejemplo de eso es El Trome, que logró comunicarse por teléfono con uno de los rehenes quien felizmente no se vio afectado por este tipo de comunicación.

Como dice el diario La Primera, la paranoia empezó a sentirse:

Las imágenes hicieron rememorar a muchos las duras jornadas vividas en los 80, en las que la ciudad fue conmocionada por la delincuencia, con acciones como el motín del penal del Sexto, la fuga de presos de Lurigancho y los asaltos a locales bancarios.

En las redes sociales la gente seguía la toma de rehenes en tiempo real gracias a la transmisión en vivo del portal Willax.tv. La gente expresaba su malestar con la situación, pero muchos se encargaban de crear rumores o empezaban a impartir información falsa. Por ahí se leyó que de pronto todos éramos especialistas en toma de rehenes, y así parecía con tanta gente que criticaba la labor policial de las últimas horas sin valorar los esfuerzos hasta el momento hechos.

Sin duda, la negociación no dio ningún fruto a lo largo de la tarde. Durante todo ese tiempo, el secuestrador y la Policía estuvieron intercambiando notas.

Los familiares hacían de espectadores y la tensión aumentaba. Los hermanos y padres de las víctimas iban llegando a pedirle respuestas a la Policía. Se fue diciendo que dentro habían niños y una mujer embarazada. También, luego de ver varias de las imágenes del delincuente caminando cerca a las puertas y ventanas del establecimiento, se pudo notar que llevaba un explosivo adherido al cuerpo por lo cual se tuvo que pedir la mediación de la Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX).

Luego de más de siete horas la policía logró entrar y asegurar a los rehenes. El secuestrador, identificado como Ruiz Wilfredo Nanasqui Barrios, había sido reducido por uno de los francotiradores con un disparo en la cabeza. Los 33 rehenes que estuvieron todo ese tiempo en el banco fueron rescatados (más de un herido entre ellos) y quedaron a salvo.

-o-

Estas son las impactantes imágenes que mostró Panamericana Televisión en exclusiva minutos después de llevarse a cabo la operación de rescate.

-o-

No hay duda de que el trabajo de la Policía fue eficaz y digno de felicitar. Pero no estoy de acuerdo con la gente que festeja una muerte. Lo que debería darnos motivos de satisfacción es ver a los rehenes ahora libres.

Pero aún así no puedo evitar preguntarme ¿por qué lo hizo? ¿por qué Gamarra? ¿por qué explosivos? Hoy, pasando por el blog de Buda de Nieve, encontré esto:

Con todo respeto ningun ser humano merece morir. Lo que sí merece morir es el estado en donde vivimos y en donde nos educan ..

¿Acaso el secuestrador nació y dijo “Quiero ser secuestrador”?

Es sólo el lugar en donde está y las ideas puestas o la necesidad de no poder coexistir en el sistema ..

Hay que aprender a dar soluciones y no comenzar a decir .. ” Que muera ese tipo de gente .. Se lo merece “

Me parece muy mediocre la forma de pensar de ciertas personas.

Aprendan a crear soluciones