La historia de Facebook no difiere del nacimiento de muchas otras empresas, por eso, cuando escuché que estaban haciendo una película sobre eso pensé que no iría muy bien. Pero estaban los factores importantes: David Fincher como director, quien me había dejado impresionado con El Club de la pelea; Aaron Sorkin, el estupendo guionista de A few good men y un reparto de jóvenes talentos en los que resalta la figura de Jesse Eisenberg quien interpreta al fundador de Facebook: Mark Zuckerberg.

Más que narrar la creación de Facebook, la película se centra en las motivaciones de los protagonistas y en la lucha de poder en la que se ven inmersos cuando se discute de quién vino la idea de la creación de la red social. Se pierden amigos, se ganan millones.

Sorprende hasta dónde pueden llegar a cobrar vida los personajes y superar la banalidad con la que uno puede imaginarse, en primer término, a un grupo de jóvenes peléandose.

Contada con diálogos sencillos y rápidos, aprovechando el recurso de los flashbacks para ilustrar y captar la atención del espectador, La red social se aprovecha de la oportunidad para explotar a un Zuckerberg-personaje genialmente acompañado de Sean Parker (interpretado por Justin Timberlake), fundador de Napster, quien tiene rasgos de personalidad que también podríamos encontrar en Tyler Durden, personaje de Fincher en El club de la pelea: Ambos con ansias de revolución y caos.

Por su parte, el Zuckerberg real ha declarado que la película no le ha gustado porque no es fiel a la realidad y más del setenta por ciento de ella es ficción. Mark también debería entender que si no fuera por la ficción estaríamos viendo un documental de la creación de Facebook y no una película que encienda la vida de sus personajes de esa manera.